COROZAS : EL IMPERMEABLE DE LA PREHISTORIA

Por A.G.N.

29 de Noviembre de 2012

                                               

                                                Coroza Tradicional . Orense 1991

          Cuando tuve en mis manos el libro de Conrad Spindler " El hombre de los hielos " al ojearlo por primera vez, una de las fotos  llamó mi atención. Tenía yo que comprobar algo... Un detalle de los nudos que conformaban los restos de la llamada "capa vegetal " me resultaba familiar. ¿ Cinco mil años después, nuestras corozas gallegas usan el mismo tipo de  nudo que empleó Ötzi ? Aquello me entusiasmó. A falta de una comprobación in situ, juraría que sí. Me he prometido visitar algún día el museo del Tirol para comprobarlo.

           Hoy en día otras teorías sugieren que esos restos vegetales formasen parte de la mochila que portaba entre los objetos encontrados junto al cuerpo. En cualquiera de los casos me sigue maravillando. Curiosamente C. Spindler, que conocía las corozas gallegas por su estancia durante algún tiempo en España , no menciona esta coincidencia aunque si se refiere a su empleo como capa para la lluvia.

Detalle del nudo. Cordón de inicio que va sobre los hombros.

         Por aquel entonces yo conocía  algunos  artesanos  de corozas en Galicia, con  quienes probé a tejer los juncos con los que se elabora esta capa prehistórica,  que ha  llegado milagrosamente  hasta  nuestros días.

          En la elaboración de este impermeable vegetal solo se necesita un mismo tipo de material : el juncus efusus. Crece en prados húmedos y borde de ciertos arroyos. No es demasiado abundante y como todo lo bueno, escasea por el ramoneo del ganado, incendios de desbroze , etc. Tiene la peculiaridad de ser fibroso. Se corta en los meses de verano y su preparación exige mazarlo para que se abra longitudinalmente y tras un movimiento circular de todo el mazo de juncos, conseguir que expulse la mayor cantidad posible de médula. Esta manipulación es necesaria para deshilacharlo bien y eliminar su médula que tiende a absorver el agua de lluvia aumentando de forma inconveniente el posible peso de la coroza.

Mazado de los juncos para abrirlos.

           Tres paños superpuestos componen la coroza. Van enlazados, colgando unos de otros  con cordones de refuerzo. Así, el primer paño que va sobre los hombros es mas corto que el segundo y este, a su vez,  más corto que el tercero . Es por esto, que tiene una forma cónica. Además, lleva una especie de chaleco interior que abriga el pecho y ayuda a descargar parte del peso. Toda la coroza se hace repitiendo una y otra vez ,el mismo nudo. Una vez terminada, se peina para separar bien las fibras y que escurran el agua.

                                            

                                             Tejiendo los paños de la coroza.                

          En el año 2010 pude ver en el M.A.R. de Madrid una exposición interesante reproduciendo los objetos del ajuar de Ötzi. La capa vegetal era un simple manto tupido, pero sin flecos.  Esto hace inútil el  propósito de la capa, pues el agua de lluvia acaba calando. Con los flecos deshilachados, unos  sobre otros, esto no ocurre. Entiendo que el deterioro de los restos, hacen difícil su interpretación, pero el sentido común y las referencias etnográficas escasas que aún quedan, invitan a pensar que algo no encaja. Sin duda, los posibles flecos tras 5000 años a la interperie, se habrán perdido y solo han resistido los nudos y cordones, a partir de los cuales se reconstruyó la capa que vi.

Coroza y capelo. Ernesto Pérez ( q.e.p.d. )

          Esta equipación impermeable se completa con unas polainas para las piernas y un "capelo " o gorro para cubrir la cabeza. También se empleó una variante más sencilla, a modo de manta, para tapar a las vacas. Con un trato cuidadoso pueden durar años, siempre que  se extienda a secar tras cada uso y cuidando  que las zarzas y tojos del monte no la maltraten. Desgraciadamente quedan muy pocos artesanos y artesanas de corozas. Casi los contamos con los dedos de una mano. Hablamos de una artesanía casi extinguida que tiene reflejo etnográfico en otras culturas más allá de nuestras fronteras, pudiendo encontrarse en algunas zonas de Japón o Filipinas .Misma necesidad , materiales similares, soluciones parecidas.

Eladio , uno de los últimos artesanos de corozas. Orense 2011

          Su empleo perdió la batalla hace tiempo contra los impermeables de plástico y , en cierta medida, también porque su utilización  era asociada a una cierta imagen de pobreza y vida de penurias. Aún se ven  algunas en  carnavales de Orense , Cantabria o Zamora y también en el norte de Portugal. Es una artesanía peculiar, un vestigio de nuestra cultura remota, milagrosamente conservada por la tradición de nuestras gentes.

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